lunes, 27 de agosto de 2012

Te veo

El sol miraba detrás de tus postigos y arrebataba el sueño de tus ojos, decidiste abrir tus ojos y no viste nada, solo luz, aun atormentaba en tus oídos el ruido de tus sueños, fue por eso que miraste debajo de tu cama y comprobar de esa forma que ninguna bota acogía vida en su interior. Te paraste y te miraste al espejo- te gusta mirarte ni bien te levantas- sonreíste y te guiñaste un ojo, apostaste a la crema dental que te disgusta y dejaste la de frutilla a un lado, te habías levantado sintiéndote una mujer y ya no una niña, delineaste tus ojos y espolvoreaste tu carita como todas las mañanas, desayunaste un rico té preparado con amor, con tus tostadas y soñaste con sabor a canela en cada sorbo, tomaste tus carpetas y después de un largo abrazo a tu progenitora, saliste a enfrentar al mundo de la educación, con tu rebeldía química, incluida en la asignatura, reíste con amigos, disfrutaste tu cremona, la que comés de vez en vez a escondidas de tu mamá que te cuida con sus dietas, al darte cuenta de tu engaño sonreíste pensando en la gracia de tu madre al comentarle por sentir culpa de tu pecado gastronómico. Cercano el mediodía, el sol entraba fuerte a tu salón de clases y luego de un lapso de espera sonó el timbre alentador de salida, te despediste de tu amiga y comenzaste el regreso a casa, no viste mi rostro en ningún lugar, tampoco lo buscaste pero te preguntarás al leer mis líneas- si acaso eso ocurre- como se todo eso si o estoy en cada uno de tus momentos, y sonreirás cómplice de tus pensamientos mirando de reojo si ves mi ojos puestos en ti, no me encontrarás y observarás al frente sabiendo sin ninguna duda que estoy contigo y sin ti.