viernes, 16 de octubre de 2009

Mi Princesa Azul



En las mañanas siempre me despierta tu mirada, una de ojos castaños, no puedo resistir al perfume de tu cabello que me llega de lejos, cuando ni siquiera estás; puedo interpretar tus ojos sin que me hables, en ellos veo lunas de mundos que no se descubrieron, en tus manos encuentro llanuras que aun no se recorrieron y entre tus pechos encuentro un valle repleto de vida. Es tu cintura la guitarra que abrazo cada noche, tu vientre es como tus manos, aun virgen de los pasos del hombre, tus piernas son las dos torres que sostienen tu vida, y tus pies son la base que sostienen mi aventura; soy el explorador que intenta descubrirte y le temo a un mundo cuadrado, razono cosas que tu no imaginas y escucho palabras que no salen de tu boca; tu boca… tus labios… son como mariposas que vuelan sin rumbo y disfrutan del aire que chocan su entereza, no pierdo ni un solo detalle cuando te miro. Cuando te imagino deliro, cuando te veo imagino, imagino tus mariposas volar con las mías y siento tu llanura al recorrerte con las mías y me inundo en tus valles para sentirme vivo y en tus lunas castañas reconozco las mías y en tus mañanas despierto pensando en las mías.