Julia era mi amante en secreto, pero en realidad ya todos lo sabían, tenia mi edad o un año menos, mentira, solo unos meses menos, planificábamos nuestras vacaciones para nunca concretarlas mas nos encontramos algunas veces en las sierras o en Rosario por la costanera, compartimos Santa Fe algunas veces y otras nos ignoramos porque ambos caminábamos en pareja o con amigos. Un día le regalé un perro lo llamó Tito, el perro Tito, lo sacaba a caminar todos los días en Santa Fe, por parque sur, nos veíamos de tanto en tanto y satisfacíamos nuestras ganas de sentirnos vivos, una vez en la cama me dijo “que lástima no poder amarnos, seríamos buena pareja” yo no contesté, ella agregó “Tito se murió y no quiero otro perro de compañía, por eso es que quiero decirte que tengo novio”
Esa noche paso como otras pero con una despedida que tenía gusto a distancia, mucha distancia, así fue que un día me llamó para contarme que se iba a casar y que tenía un hijo que se llamaba igual que yo, pero le decían Tito. Hace de esto 6 años, anoche me vio me saludó y me dijo “¿Vamos?” y nos fuimos hablando bajito para llegar a la cama y escucharla decir “que lastima no poder amarnos, seríamos buena pareja”
Tito había muerto.
