jueves, 26 de noviembre de 2009

Ya soy parte del mar



Alguien me envió un mail y me pidió que siga desde mi prisión, porque podré estar encerrado, pero mi imaginación es siempre libre el único capaz de atraparla soy yo, así que elijo dejarla volar, mejor me quedo no me voy porque éste es mi lugar, hoy dos historias una, del porque me quedo, otra... otra historia


Del porque me quedo, extraído de "Nuestra Natacha" de Alejandro Casona:


Natacha: Recuerdo una anécdota de la Gran Guerra, que me ha hecho meditar muchas veces. Era un general revisando las trincheras. En un puesto de peligro estaba un pobre capitán, con aire de buen padre de familia; estaba pálido, temblando de pies a cabeza. El jefe se le encaró burlonamente: ¿Qué? Parece que hay miedo... Sí, mi general, mucho miedo... ¡pero estoy en mi puesto! Y yo pienso, tío Santiago, que el único valor estimable es éste; no el de los héroes brillantes, sino el de tantos humildes que luchan y trabajan en las últimas filas humanas, que no esperan la gloria, que sufren el miedo y el dolor de cada día... ¡Pero están en su puesto!



Otra Historia, extraída de la película – El descanso (The holiday)


“He comprobado que casi todo lo que se ha escrito sobre el amor es cierto; Shakespeare dijo “los viajes terminan con el encuentro de los enamorados” Qué idea más extraordinaria. Personalmente nunca he experimentado nada ni remotamente parecido a eso, pero estoy convencida de que Shakespeare sí. Supongo que pienso en el amor más de lo que debería, me admira constantemente su abrumador poder de alterar y definir nuestras vidas. También fue Shakespeare quien dijo que el amor es ciego. Pues bien, estoy segura de que eso es verdad.
Para algunas personas, de forma inexplicable, el amor se apaga. Para otras, el amor sencillamente se va. Si bien es cierto, por supuesto, que el amor también puede encontrarse, aunque sea solo por una noche. Sin embargo, existe otra clase de amor, el más cruel, aquel que prácticamente mata a sus víctimas. Se llama amor no correspondido, (y en ese apartado, soy una experta). La mayoría de historias de amor hablan de personas que se enamoran entre sí, pero, ¿qué pasa con los demás? ¿quién cuenta nuestra historia? La de aquellos que nos enamoramos solos, somos víctimas de una aventura unilateral, somos los malditos de los seres queridos, los seres no queridos, los heridos que se valen por sí mismos, los discapacitados sin plaza de aparcamiento reservada. Sí, estáis viendo a una de estas personas…
Entiendo lo que es sentirse lo mas pequeño e insignificante posible. Y como puede doler en sitios que ni siquiera sabías que tenías dentro de ti. Y no importa cuantos cortes de pelo nuevos te hagas, ni a cuantos gimnasios te apuntes, ni cuantas copas de Chardonnay bebas con las amigas… aun así te vas a la cama repasando cada detalle e intentas adivinar qué hiciste mal o qué has podido mal interpretar… y como coño has podido pensar que en ese momento eras feliz. Y hay veces que incluso te puedes convencer de que él verá la luz y aparecerá en tu puerta. Y, después de todo, y independientemente de lo largo que sea esto, llegarás a un sitio totalmente nuevo, y conocerás gente que te harán sentir valiosa de nuevo. Y pequeñas partes de tu alma volverá. Y entonces todos esos momentos todos esos años perdidos comenzarán a desaparecer…”