lunes, 17 de enero de 2011

Me tienes


Tú me pides un soplo,
un empujón hacia el destino
o simplemente que te suelte,
que libere tus amarras
pero que ni siquiera intente
señalarte el camino
¿Y qué crees?
Yo lleno mis pulmones,
cierro los ojos y confío,
afirmo mis talones
aprieto los dientes hasta el dolor,
aunque mi empeño es solo eso,
tentativa sin vigor.

Tú insistes con que nada
es lo que parece,
o peor aún,
que todo es mentira.
Que las luces y las sombras
solas se desvanecen.
¿Y qué crees?
Amontono colores,
los toco, los moldeo
tiño mis manos de mil canciones
y las pongo en tu frente
para pintarte el carácter
y que vivas el presente.

Tú cancelas las promesas
y olvidas con eficacia.
Como niños con sus juegos,
con sus amores juveniles
con sus rencores inconcientes,
con sus temores, con sus audacias.
¿Y qué crees?
Si digo que te quiero
es porque me paro a tu lado.
Estoy cuando tropiezas
aunque me río de tus desplantes
y pongo en tu jardín las flores
que a mí me sembraron antes.
Tú pelliscas mis sentidos
y aprovechas mis flaquezas.
Te adueñas de los sabores.
Te paras sobre el pedestal
que construyen
mis palabras mas gruesas.
¿Y qué crees?
Si vuelo contigo
cuando vuelas soñando verdades
y te acuno en mis brazos
cuando vuelves a tocar tierra,
que los golpes no te dañen,
que no te mate esta guerra.

Tu figura se agranda
y supones que creciste,
cuando cada peldaño es una montaña,
una empinada cuesta
y la sima está mucho mas lejos
de todo lo que hasta aquí entendiste.
¿Y qué crees?
También me esfuerzo,
me sacudo el polvo,
retomo el camino, me reemplazo,
asumo lo que debo,
hijo..., porque soy tu padre
hago lo que puedo.


Gabriel José Gallo del Libro "Vida Crónica"